El proceso de aprendizaje de los alumnos se basa en:
- Ambientes virtuales, como la plataforma Blackboard residente en la intranet institucional
- Conocimientos teóricos entregados en clases presenciales
- Talleres, laboratorios o escenarios simulados
- Prácticas clínicas e internados.
Entendemos por simulación clínica un modelo de aprendizaje para el entrenamiento y apoyo en competencias técnicas y profesionales, que agrega valor a la formación profesional. A través de la simulación aplicada en diversos escenarios de distintas complejidades, se entrena al alumno para que desarrolle una serie de habilidades, destrezas y actitudes, antes de tener que enfrentar la realidad del paciente. La enseñanza mediante simulación evita los efectos del azar asociado a la formación tradicional, cuando se trata del aprendizaje y manejo de situaciones clínicas graves, pero infrecuentes. Favorece, por otra parte, la repetición de procedimientos riesgosos, sin temor a que la equivocación, propia de quien está aprendiendo, pueda producir un daño irreparable. La competencia no sólo se adquiere, sino que se la adquiere en forma confiable, segura, evaluable y efectiva. A su vez, contribuye a formar en un marco ético en el que prima el respeto por la persona, al evitar infligir a otro ser humano dolor físico o moral, como parte del proceso de enseñanza aprendizaje. La simulación permite, asimismo, una autoevaluación reflexiva (“debriefing”) de enorme valor en el proceso de adquisición de competencias, tanto en forma individual como colectiva (posibilidad de evaluación del desempeño en el trabajo en equipo).